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Simplicidad: Un diseño simple es fácil de reconocer y recordar. El logo de Apple, por ejemplo, es una manzana estilizada que es visualmente sencilla pero poderosa en su impacto.

Originalidad: Debe ser único y no confundir con otros logos. Un buen logo se distingue de la competencia y refleja la identidad de la marca de manera clara.

Relevancia: Debe tener una conexión significativa con la marca y su mensaje. Aunque el logo de Apple no tiene una relación directa con la tecnología, simboliza innovación y simplicidad, conceptos que Apple representa.

Versatilidad: El diseño debe funcionar en diferentes tamaños y en varios medios. El logo de Apple es igual de efectivo en una pantalla de teléfono como en un cartel gigante.

Atemporalidad: Un buen logo debe resistir el paso del tiempo. Aunque el logo de Apple ha pasado por algunas modificaciones, la esencia ha permanecido, lo que ayuda a mantener su relevancia.

Color y Tipografía: Los colores y las tipografías deben ser cuidadosamente elegidos para complementar el diseño y comunicar el mensaje adecuado. En el caso de Apple, el color gris o negro del logo es sofisticado y versátil.

Adaptabilidad: Debe ser efectivo tanto en color como en blanco y negro. Un buen logo mantiene su integridad visual sin importar cómo se reproduzca